2022: Va, va, va…

Otro año que estuvo medio cabrón…

Empezamos el año con que Rusia invade Ucrania se arman los chingadazos, el mundo tiene miedo de una tercera guerra mundial… y yo tengo miedo de mis conflictos internos. Va.

Hubo inundaciones, incendios, asesinatos y para no cambiar mucho… la vida nos demuestra de nuevo que los cambios siguen. Y para fluir y no armarla de pedo a lo pendejo, hasta yo cambié mi opinión sobre los psicodélicos. Por fin mi cerebro se reinició y se asomó Doña Claridad. Va.

Hubo lastimaduras. En cuanto a las físicas… eso se saca uno por andar agarrándose a putazos con mileniales y Gen Zs. En cuanto a las emocionales, (que son auto-infligidas) po’s eso se saca uno por… por… por… no hay excusa. Va.

Lo bueno de las lastimaduras físicas, es que curan mucho más pronto. Ya se recuperó la nariz, pronto el brazo y eventualmente la rodilla. Como todo sana y todo pasa todo sanará y todo pasará. Some-fucking-day. Va.

(¿Dónde putas quedaron los 90s, Max Headroom y Rick Astley?)

2022 también me recordó una vez más que lo chido que es tan solo disfrutar (porque hasta disfrutar puede ser difícil) estar bebiendo en la playa antes del mediodía, fumar un puro, pasar todo un día pendejeando con un amigo (que más que compa es ángel de la guarda), conducir en las montañas sintiendo el aire frio, pagando la hipoteca semanas antes, obteniendo ascensos a primera clase, tomando fotos y ejercitando el arte creativo, aconsejando a hombres más jóvenes, dialogando con hombres con-generacionales, aprendiendo de conexiones de vida… Va.

Total, 2022 ha sido un año movido. Bien dice Mr. Capo: La vida va.

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